jueves, 31 de diciembre de 2015

POESÍA


La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje. 

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante. 

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe. 

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne. 

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales. 

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre. 

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe. 

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes! 

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres. 

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave. 

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte. 

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje! 


Federico García Lorca


martes, 16 de junio de 2015

Desplomo



Ojos entristecidos. Garganta raspada y muda. Un espacio vacío. Un permanente silencio.
 
Aguanta el dolor, por él, por ella, por aquellos que ama. “Se fuerte, trágate todo, un día va a pasar”. 

Entre frase y frase, esas lagrimas contenidas, un llanto mudo que no dejamos salir. Como si de ello dependiera la paz en el mundo. Como si el dolor nos hiciera más fuertes.

Si entre un tropiezo y otro, pierdo el equilibrio y caigo, vas a estar ahí para tomar mi mano? Para que, una vez que se desplome mi universo, encuentre fuerzas para rearmarlo de cero?


Déjame caer, todos necesitamos el revivir el big bang de vez en cuando.  Pero no dejes que me quede perdida en el espacio, sola y hecha un caos. Todavía en algún lado guardo fuerzas para crear planetas y mundos de ensueño, donde los arboles echen raíces, el sol nos llene de luz y las mariposas anden repartiendo energía de flor en flor. 

Les deseo amor