En el proceso de creer siempre hay un momento donde hay que hacer un stop.
Analizar las cosas buenas y no tan buenas de la vida, con que cosas me quedo y que cosas cambio. Hay un momento donde de golpe abrís los ojos y te das cuenta de que hay algo que no va mas... capaz no sabes de que forma no va mas... pero ya lo sabes.
Estas revelaciones llegan en el momento justo en que podes hacerle frente a esas cosas y aun así tardamos en desprendernos. Un poquito es la costumbre, otro poquito es el miedo y otro son los limites que te marcan o el aprecio que se tiene.
Pero hay que saber cuidarse, es un cuerpo, una vida, la tuya. Y una es la que permite al otro hacer daño o no. Pero seas como seas, no lo mereces, nadie lo merece.
Uno es dueño de si mismo, no dejen que otros vivan su vida. Después de todo ¿quien dijo que el otro es dueño de la razón?
Te valoras, te cuidas, te posicionas en el mundo como una persona fuerte pero sensible a las necesidades de los otros. Y es ahí cuando reaccionas diferente, cuando estas abierta a nuevas posibilidades, cuando nada te ata, que subiste un escalón y miras las cosas desde otra perspectiva.
Les deseo amor....
